May 31, 2024

MARIHUANA LEGAL EN URUGUAY: ¿BUENA O MALA IDEA?

Aclaración: En un mundo en el cual las sustancias son consumidas en cantidades descomunales, y existe por cierto gran hipocresía y negación al respecto, aún así creo que debo aclarar previamente de qué va este artículo.

En primer lugar, quiero hacer una pequeña aclaración, pues este tema puede ser sensible para algunos, y creo que no está de más explicarles que , en este podcast, no pretendo condenar el consumo de marihuana ni tampoco promoverlo. Creo que cada persona adulta sabe lo que le hace bien y lo que no, por lo tanto es completamente libre de actuar en consecuencia. Estas reflexiones que te presento son simplemente eso: reflexiones de una persona que, como adulta, ha vivido en un país en el cual el consumo de una sustancia que, en su momento era penalizado por la gran mayoría de los países del mundo. 

Contexto:

Actualmente existen varios países donde el consumo de marihuana para uso exclusivamente medicinal está permitido, como es el caso de Chile, Reino Unido o Nueva Zelanda. Cada país ha regulado la producción, y comercialización de esta planta de acuerdo a criterios propios. 

En abril de este año, por ejemplo, Alemania se unió a la lista de países en los que es legal consumir cannabis de forma tanto medicinal como recreativa. Los alemanes pueden poseer, consumir y cultivar legalmente la controversial droga, pero su comercialización sólo será permitida en asociaciones cannábicas. Brasil es el más reciente, en julio de este año, y donde la tenencia menor a 40 gramos no está penalizada, así como la tenencia de seis plantas de marihuana. 40 gramos equivalen a 1.4 onzas. Por encima de esa cantidad, se lo considera delito.

CUERPO 

Uruguay despenalizó el consumo de cannabis en el año 2013, momento a partir del cual se convirtió en el primer país en legalizar la marihuana para todo tipo de uso. A partir de ese momento, las leyes han ido cambiando, pero el consumo máximo continúa siendo 10 gramos por semana. Este fenómeno colocó al Uruguay todos los periódicos del mundo, pues no eran pocas las personas en el mundo que hasta ese momento, confundían Uruguay con Paraguay. Más de un defensor del consumo de marihuana señaló que éramos el país más progresista que muchos europeos. Incluso, al comparar un país sudamericano con Países Bajos, por ejemplo, que en aquél momento era el único lugar en el mundo en el cual estaba despenalizado, le daba al Uruguay una categoría diferente, más prestigiosa, por decirlo de alguna manera; esto, claro está, dentro de ciertas normas. Hasta donde sé, en países Bajos su consumo se limitaba a ciertos coffee-shops, creo que actualmente esto está en proceso de cambio. 

Ahora bien, desde aquel lejano 2013 hasta hoy, casi finalizando el 2014, ha pasado mucha agua bajo el puente. Revisaré algunos puntos a favor y otros en contra, algunos ya estaban sobre la mesa cuando se debatía este tema y otros aspectos son nuevos, o al menos, no fueron debatidos en aquel momento.  

  1. Primer objetivo. alejar a los consumidores de marihuana de los lugares clandestinos como forma de prevención. Se suponía que una persona, al acercarse a lugares donde otras drogas están a su alcance, podría terminar consumiendo pasta base de cocaína, por ejemplo.  Esta sustancia es similar al crack. 

¿Objetivo cumplido? Aparentemente, ante la posibilidad de comprar cannabis en las farmacias, con un aparente control, llevó a que muchas personas se alejaran de estos lugares donde corrían riesgo no solo de comprar un producto adulterado, sino también de exponerse a situaciones peligrosas dado el contexto de estos sitios. 

Problemas de ejecución y abastecimiento: alta demanda.

Es muy suave. No tenía la cantidad de THC que la población demandaba. Eso derivó en una retorno a los lugares clandestinos habituales. Actualmente el 30 % de los consumidores compran en farmacias. 

Detrás de esto: el negocio. El estado uruguayo, al manejar un nuevo negocio, también percibe ganancias al respecto.

  1. La prevención en el consumo habitual. Los detractores: decía que las personas se volcarían a consumir cannabis sin conocer los efectos. Muchos médicos sostenían que el consumo es peligroso, y más aún en personas jóvenes, asociación con la esquizofrenia y depresión, 

A esta postura, se las contrarrestó con la idea de que se iban a organizar charlas informativas, talleres con adolescentes, información los centros de salud sobre su consumo en el embarazo, etc. 

De todas estas ideas, poco y nada. 

En el área de la salud: es el área que más insistió en esta despenalización, hubo casos de personas que estuvieron presas por tener plantas de marihuana, y uno de los reclamos era el consumo de dulces con cannabis. Para las personas con migraña, por ejemplo, que es algo muy utilizado, no existen en el mercado estos artículos. Solamente un laboratorio maneja el aceite de cannabis con CBD que puede servir para la migraña, pero su costo es tan excesivo que está al alcance de unos pocos. 

No existe información en el área de la salud para las mujeres embarazadas, o para aquellos padres que consumen cannabis y tienen niños pequeños, sobre la importancia de mantenerlo alejado. 

  1. La prevención en las generaciones más jóvenes.

La generación que hoy tiene 22 años, ya lleva una vida adulta, sea en el mundo laboral, universitario o ambos. Ya conduce un coche, una motocicleta y si no tiene un vehículo, seguramente acompaña a sus amigos que sí conducen, como todos lo hemos hecho. 

Ahora bien: tanto esta generación, y las que le siguen, quienes tienen hoy 18 o 15 años, ya están creciendo en un medio en el cual el cannabis es parte de la sociedad. Si va a tomar el autobús para ir a la escuela, es muy probable que en la misma parada haya una persona fumando, y es normal. Y al entrar a la escuela puede que haya una persona fumando marihuana en la puerta, y eso sea lo más normal del mundo. Sin embargo, esta naturalidad no se ha visto acompañada de una educación adecuada sobre este tema. Estos chicos no han tenido una sola charla sobre los riesgos a los que se exponen al consumir ciertas sustancias a su edad, es más, lo único que manejan como preocupante es hacer el ridículo si entran a clase habiendo fumado antes, porque, como todo adolescente, no pueden medir el riesgo a esta edad. 

Quienes hemos trabajado con adolescentes, sabemos que los cambios de ánimo en esta etapa es algo frecuente, que todo se vive muy intensamente, por lo que me cuestiono si esta liviandad con la que se toman estos temas es una buena idea. Luego de diez años viviendo en una sociedad que despenalizó una sustancia para uqe pueda ser consumida por quien quiera y sea esa misma persona la responsable de sus actos, puedo decir con propiedad que aún falta mucho por hacer. 

Tengo claro que tampoco la solución es prohibir todo, porque ya sabemos lo que sucede, no se logran resultados positivos. Sin embargo, no puedo evitar pensar y decir, a estas alturas, que lo sabíamos. 

Cuando en un país se planifican cambios profundos, y se toman decisiones que tiene que ver con las salud de las personas, entonces se debe ser consecuente y responsable, de lo contrario, esos cambios pasan a ser un chiste, pero de los malos, una broma pesada. Espero que todos los países que están transitando este camino puedan aprender de los errores que han cometido los demás. Y no estoy afirmando que estos cambios en Uruguay hayan sido un error, no soy quien para afirmar eso, tampoco tengo los datos certeros y confiables para pronunciarme al respecto. Mis palabras solamente provienen de mi experiencia diaria con adolescentes y como ciudadana, a quien realmente le gustaría que además del control de alcohol en sangre, en las calles, durante los fines de semana, también existan controles del consumo de cannabis en los conductores, cosa que lamentablemente, no sucede. En fin, solo me resta por decir que  no porque algo sea legal, no significa que sea inofensivo. 

Sonia Gancharov

Listen to this article in our streaming platforms

Learn at your own pace.